En Btt a La Alfranca

BTT A LA ALFRANCA. 14 de junio de 2009

Cambiamos nuestro habitual modo de locomoción, y cogemos las bicis (no pocas de ellas prestadas) para dar un paseo por la ruta verde desde Zaragoza hasta el galacho de La Alfranca. Quedamos debajo del puente de Las Fuentes un grupo de inexpertos ciclistas (salvo Luis, que tiene todo el equipo de los jóvenes castores bicicleteros). El resto, hace muuuucho tiempo, alguno hasta 26 años, que no hemos montado en bici; pero ya se sabe, eso es una de las cosas que no se olvida, ¿no?

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De modo que, con la euforia de que la tarde anterior el Zaragoza vuelve a ser un equipo de primera división, emprendemos la marcha muy animosos en un bonito día de cielo despejado, con lo que el paseo al galacho transcurrió sin incidente alguno entre bromas y buen humor. Una vez llegados al destino, Miguel Ángel se encarga de poner a buen recaudo nuestras monturas antes de ir a almorzar, mientras Vanessa canta una jotica.

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Los talleres se dedican a lo suyo, es decir al ajuste y mantenimiento de los equipos. Si es que lo llevan en la sangre. Peor lo pasa José Luis, que no consigue encontrar cables, conectores, autómatas ni nada parecido, de modo que deja que el TM se encargue de la chatarra.

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Tras el almuerzo, damos un paseo por el galacho, visitamos el laberinto,

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y los distintos Cromlech al estilo «Stonehenge» a la aragonesa: el carbón, el alabastro, la caliza, e incluso probamos la sal gema de Remolinos.

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Terminamos el recorrido subiendo al observatorio de aves

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tras el cual recogemos nuestras bicis y, después de un brevísimo paseo por el galacho, cogemos camino de vuelta a Zaragoza. Algunos hacemos un breve alto para desviarnos a La Cartuja, donde Sergio nos da un refrigerio cervecil que ayuda a afrontar los 35º C que llegó a marcar el termómetro en el camino de vuelta. Un agradable paseo de unos 45 kilómetros totales, aunque los que no tenemos costumbre ni equipo (llámese culotte) tuvimos el trasero averiado durante unos días.

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