Graciano785 vendimia 2016
Si la experiencia es o no un grado, lo sabremos cuando llegue el momento de catar esta segunda añada; de momento, además de la mejora lógica que supone en una cepa joven el tener un año más, hemos implementado algunos otros cambios para seguir mejorando nuestro vino. En primer lugar, hemos retrasado la vendimia para tratar con una uva más madura, lo que dio lugar a un mayor nivel de azúcar, así como acidez y pH más ajustados que no fue necesario corregir. En segundo lugar, la fermentación alcohólica se ha realizado con bazuqueados manuales, en lugar de los remontados que hicimos con una bomba de paletas que rompió hollejos y produjo el año anterior paso de sabores indeseados de pepita y restos de raspones al mosto. Por último, en lugar de utilizar enzimas para extraer más color y sabor del hollejo, hemos dejado un poco más de tiempo en premaceración y en la fermentación para conseguir el mismo efecto sin tener que aditivar sustancia alguna. El resultado no puede ser más satisfactorio. Tras la fermentación alcohólica hemos conseguido un vino joven de gran fuerza y sabor agradable, muy limpio, y que hemos podido prensar (muy poco) con el jaulín sin apenas presión. Ahora vamos a por la fermentación maloláctica, que, como el año pasado realizamos con el tanque de inoxidable en la cámara a unos 20ºC. Según los pocos expertos que hay en el mundo (muy muy pocos) en Graciano, este vino necesita al menos un año y medio en botella para ablandar su potencia. Veremos si nos vale la paciencia. De momento, disfrutaremos con las etapas intermedias.