Podando olivos
El ataque de glifodes lo exterminamos este año con una sola aplicación de mezcla bacillus thuringiensis+neem en los primeros días de septiembre, resultando en poquísimas plantas afectadas, con lo que la satisfacción ante la solución ecológica sin afectar a la fauna auxiliar beneficiosa ha sido muy grande. A finales de septiembre/principios de octubre, batida de poda severa a todos los olivos. La teoría dice que los primeros años las podas han de ser mínimas, para acelerar el crecimiento de las plantas. Pero, tras todo el año sin hacerles caso, los olivos habían crecido con multitud de ramas desde la base, ramas laterales más gruesas que la principal, etc. De modo que a paseo la teoría y les pego un repaso intensivo de poda, en muchos árboles me cargo la mitad de la planta, y las dejo muy pequeñas pero con la formación que quiero, sin nada por debajo de los ochenta centímetros, y sólo las ramas laterales que deben tener. A ver cómo les cae este año el invierno.