Ascensión a la Maladeta

Ascensión a la Maladeta. 21 de septiembre de 2013. 3.308 m.

Descargar track GPS o ver en Google Earth en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5301269

Cerramos el círculo. Losdelaocho nos retamos a nosotros mismos hace diez años. Subiríamos las diez montañas más prominentes de la península. Y con una regularidad deportiva absoluta, así lo hemos hecho: diez años, diez cimas. A continuación el relato de la última de ellas, la Maladeta, a la que llegamos el pasado 21 de septiembre.
Y colgamos las botas. A partir de ahora, nos dedicaremos al vermut y al dominó.

La fiesta comienza como viene siendo habitual, un viernes por la tarde. Salimos de trabajar, comemos, y cogemos los coches, rumbo en este caso al Pirineo aragonés oriental. Para seguir la tradición, paramos en Graus a tomar un refrigerio y seguimos hasta Benasque, dejamos los trastos en el hotel, y raudos partimos hacia Ansils donde nos damos la gran cena una vez más. ¡¡¡Hay que coger energías para la paliza que nos espera mañana!!!. Miguel Ángel, fiel al tracidional recado de Ansils, se queja amargamente de que cada vez lleva más verduritas y menos garbanzos…
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Salimos en cualquier caso reforzados de la cena, y a dormir unas pocas horillas, que los guías se han empeñado en que hay que madrugar. Vienen a buscarnos… a las cuatro y media de la mañana!!! Así que de noche cerrada salimos con todo el equipo, subimos en los vehículos al aparcamiento de La Besurta y empieza la gran caminata siguiendo los hitos que pasando por el refugio de La Renclusa nos han de llevar hasta el Portillón. Menos mal que es de noche cerrada, para no ver la terrible pendiente que estamos venciendo en esta primera etapa, pues de lo contrario alguno a lo mejor se daba la vuelta.
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En fin, que se nos hace de día cuando llegamos al Portillón, y paramos a avituallar un poco nuestras menguadas fuerzas, y por supuesto, a que Miguel Ángel se dé la tonelada y media de crema de protección solar habitual.
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A partir del Portillón, nos desviamos del camino que siguen el resto de expediciones, todas ellas dirigiéndose al Aneto, para coger hacia el Collado del Pico Abadías. Unos despistados nos siguen un rato, hasta que Paco les grita que no vamos al Aneto, y se quedan con dos palmos de narices. Nosotros subimos un pedregal bien incómodo y empinado hasta el Collado, donde paramos un momento a dejar las mochilas e hidratarnos antes de afrontar la trepada que nos falta hasta la cima.
Disfrutamos por un rato de las vistas de toda la cordillera pirenaica; docenas de tresmiles «a nuestro alcance», y, por supuesto, del Aneto, que tenemos delante nuestro, y del Maldito.
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Por fin, nos dividimos en dos cordadas, y comenzamos una trepada muy entretenida, con un par de chimeneas con muy pocos agarres, y alguna zona bastante expuesta.
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Recomendable ir con alguien que conozca bien la ruta a seguir y no perder los hitos de piedra, a veces nada fáciles de seguir, pues de no hacerlo así, el riesgo de meterse en complicaciones es bastante elevado.
Finalmente, tras soltar algo de adrenalina, todos conseguimos llegar a la cima.
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Y en esta segunda foto, ¿por qué ponemos las manos así? Pues porque Vanessa olvidó coger el cartel que íbamos a extender en la cima, y pensamos que podríamos pegarlo después con Photoshop, pero como la pose quedó poco adecuada, pues reproducimos a continuación el susodicho cartel y apañao.
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Porque, efectivamente, el día que conseguimos la cima, no sólo es la festividad de San Mateo en Logroño, sino que además es el primer cumpleaños de Adrián, el hijo de la Vane, y había que homenajearlo como se merecía la ocasión.
Tras disfrutar un rato de la cima, desde donde se divisa una bonita imagen del ibón de Cregüeña, el ibón natural más grande de Aragón,
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volvemos hacia nuestras mochilas en el collado del Abadías, y calzando crampones, bajamos en diagonal atravesando toda la cola del glaciar para cambiar la ruta de bajada y amenizar así el descenso bajando por el Salterillo.
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Tras una larga caminata, llegamos al Forau de Aigualluts, donde mucha gente aprovecha a subir a disfrutar de ls vistas, la pradera, y el agua en estos últimos días de verano, con una meteorología que ciertamente no ha podido resultar más favorable.
Lástima que se mojase la lente al cruzar el torrente, pero la foto desde Aigualluts con el Aneto de fondo no podía faltar.
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Y desde aquí cuarenta minutillos más nos dejan nuevamente en nuestros vehículos, tras doce horas de caminata y mil cuatrocientos metros de subida y de bajada.

4 comentarios en «Ascensión a la Maladeta»

  • el 2013/09/30 a las 1:01 pm
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    Esta aventura vuestra de 10 años me ha hecho recordar una frase que me gusta mucho, de Paulo Coelho

    «Cuando deseas alguna cosa todo el universo conspira para que puedas realizarla»

    Gracias por compartir con nosotros vuestras aventuras.
    Un abrazo,
    Mª José

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    • el 2013/10/01 a las 2:02 pm
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      María José, la frase era:
      «pero…., ¿cómo hemos llegado a ésto?»
      abrazos

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  • el 2013/09/30 a las 10:05 pm
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    Que os voy a decir ,que sois unos figuras y de la ocho,no me extraña nada de lo que hacéis, mi más cordial enhorabuena , en algunos tramos me ha impactado mucho el veos por esos acantilados y se me ha puesto el flequillo de punta.
    Lo que no me gusta tanto es esa decisión de que os vais a dedicar al vermut y al domino (con permiso de vuestras familias) sois jóvenes y para lo otro queda tiempo después.
    Vanessa tienes un hijo precioso.
    Un abrazo para todos/a .

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    • el 2013/10/01 a las 9:30 pm
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      Antonio, no te apures que no paramos. El equipo de pádel está imparable, la Helen con el buceo, yo este año entre los árboles montaré huerto (ya quedaremos para que me enseñes algo), el Arnal es leñador, picapedrero y albañil,…En fin, que algún vermut y alguna lifara nos tomaremos, pero para el dominó nos va a ir el tiempo justo.
      Cuídate mucho.

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