Ascensión al Mulhacén
Ascensión a Mulhacén y Veleta. 24 Septiembre 2005. 3.484 y 3396 m.
Después de haber conquistado el año anterior el Aneto, la cima más alta del Pirineo, nos preguntamos por qué no ascender todas las grandes montañas de la Península, eso sí, en orden descendente ya que cada año nos hacemos más viejos. Así que manos a la obra: a Granada !!! el pico más alto, el Mulhacén, nos espera allí !! Y así, 7 valientes emprendimos el larguísimo viaje desde Zaragoza el viernes por la tarde, como siempre plenos de ánimo y sin parar de bromear, incluso entre los 2 coches, así llegamos a Granada por la noche, sin más tiempo que para tomar unas raciones e ir a dormir.Muy temprano nos recoge nuestro guía, José Manuel, y en furgoneta hacemos el acercamiento a la estación de Sierra Nevada, desde donde comenzará la ascensión. Hay que reconocer que las montañas en Granada nada tienen que ver con el Pirineo: el acceso en vehículo es muy sencillo y por ello el desnivel a vencer desde el punto en que te dejan es mucho menor que en nuestras montañas, pero bueno, es Andalucía, no? Una vez comenzada la marcha, resulta suave y agradable, llaneando mucho y con un sol agradable.
No tardaría en cambiar, aunque durante toda la marcha hasta la cima del Mulhacén, rodeando montes totalmente yermos y caminos que parecían pertenecer al reino de Mordor, el buen tiempo nos acompañó.
Una vez alcanzada la falda del Mulhacén, irguiéndose majestuosa a nuestro frente, nos esperaban de 30 a 45 minutos de durísima subida, dependiendo de si seguías el fuerte ritmo de nuestro guía, o tomabas tu propio paso; parecía una etapa de montaña del Tour de Francia, descolgando componentes del grupo. Qué máquina el José Manuel !! Lo que hasta ahora había sido llanear, de repente fue una rampa
terrible, pero la visión cercana de la cima te impulsa. Una vez arriba, alegría, fotos, nuestro inefable Paco tirando una bola de golf
(eso sí, una bola especial ecológica biodegradable) desde allí. Venir desde tan lejos, y lo habíamos conquistado con mucha facilidad.


Y en esto que dice Carlos, ¿queda muy lejos el Veleta? Un paseo, dice nuestro guía, José Manuel. Y allá que nos vamos hacia el Veleta, el 2º más alto del sistema Penibético, y 3º de la Península. Había que recorrer muchos kilómetros para llegar a él, pero no nos importaba. Hasta que el cielo se cubrió, nos sumergimos en la niebla, empezó una ligera lluvia, y enseguida se convirtió en una granizada !!! Como siempre, a Pedro le faltaba el impermeable y tuvo que correr hasta un pequeño refugio atestado de gente resguardada del temporal, al pie del Veleta. Todo a nuestro alrededor aparecía cubierto de blanco debido al fino granizo.
Cuando todos llegaron, de nuevo de uno en uno como en una etapa ciclista, hubo votación para subir o no en esas condiciones,…, y Elena deshizo valientemente el empate: subimos !!!! De nuevo comandados por el enérgico paso de José Manuel, atacamos con decisión las rampas del Veleta, más accesibles que las de su primo mayor, y coronamos con bastante frío y cansancio, pero una vez allí, almorzando en el segundo tresmil de la mañana, todos convinimos en que había valido la pena.
Sólo restaba descender, tomar una buena ducha y algunos una siesta, y salir a disfrutar de las tapas
granadinas, pero sin copas: el cansancio de un buen día de montaña pudo con nosotros.